A marzo de 2025, el Perú cuenta con 3,127,652 empresas activas, una cifra que refleja el dinamismo y la resiliencia del ecosistema emprendedor en el país. Esta estadística no solo demuestra el crecimiento constante del tejido empresarial, sino también una clara tendencia hacia el autoempleo, la microempresa y la informalidad regulada mediante la figura de las personas naturales con negocio.
Según los datos más recientes, la mayor parte de las empresas en el Perú está conformada por personas naturales con negocio, que representan el 76.5% del total (2,394,543 registros). Le siguen las microempresas, con 606,623 unidades (19.4%). Juntas, estas dos categorías concentran cerca del 96% del total de empresas del país, lo cual pone en evidencia el peso del emprendimiento individual y de escala reducida en la economía nacional.
Por su parte, las pequeñas empresas suman 107,874, mientras que las medianas y grandes empresas representan una minoría con 3,984 y 14,628 respectivamente. Esta distribución confirma que el Perú es un país de emprendedores, donde miles de personas deciden iniciar sus propios negocios cada año, en muchos casos como respuesta a la falta de oportunidades laborales formales.
La predominancia de personas naturales con negocio está fuertemente vinculada al fenómeno del autoempleo. Este modelo se presenta con frecuencia en rubros como comercio minorista, servicios personales, gastronomía, transporte y manufactura ligera. Muchos de estos negocios operan en el límite de la formalidad, cuentan con registro tributario RUC pero carecen de estructura organizativa.
Las microempresas, por su parte, incluyen a pequeños talleres, bodegas, emprendimientos digitales, emprendimientos familiares, entre otros. Aunque con recursos limitados, estas unidades productivas generan ingresos, empleos y movimiento económico en zonas urbanas y rurales por igual.
Esta estructura empresarial representa una gran oportunidad para los sectores público y privado. Desde la política económica, se hace urgente fortalecer programas de apoyo a emprendedores, facilitar el acceso al crédito, promover la digitalización y reducir la carga burocrática para formalizar negocios.
En el ámbito privado, existe un mercado potencial enorme para empresas que ofrecen soluciones para emprendedores y microempresas, como servicios contables, software de gestión, educación financiera, plataformas de ecommerce, soluciones logísticas o insumos productivos.
El gran reto hacia adelante es lograr que este mar de emprendimientos individuales y microempresas pueda escalar hacia unidades más productivas y sostenibles. Para ello, se requiere capacitación, acompañamiento técnico, innovación y un entorno más favorable al crecimiento empresarial.
En resumen esta radiografía nos muestra claramente un país emprendedor, creativo y resistente. Con más de 3 millones de unidades económicas en marcha, el Perú tiene en sus manos una gran oportunidad para transformar este dinamismo en desarrollo sostenible, empleo digno e inclusión productiva. El siguiente paso es claro: crear condiciones para que más peruanos no solo emprendan, sino que logren hacer crecer sus negocios.
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